las habitaciones son amplias y bonitas, pero la terraza estaba cerrada por mantenimiento.

Desayuno exquisito con maravillosas crepes y dulces.

La sorpresa del desayuno diario

El Riad Djemanna es un lugar encantador con decoración auténtica. La tranquilidad del sitio y la amabilidad del personal lo hicieron aún más especial. Cada mañana despertábamos con un desayuno delicioso de bizcochos, crepes y platos típicos marroquíes. Además, su ubicación permitía ir a pie a las principales atracciones, lo que facilitó explorar la medina.

Sin embargo, tuvimos un inconveniente con la terraza que estaba en mantenimiento, así que no pudimos disfrutar de ese espacio. noté que las habitaciones no contaban con cerraduras, lo que generó cierta incomodidad al salir del riad durante el día.

precioso, precioso, precioso

Este lugar es un auténtico sueño. Las habitaciones son amplias, limpias y cómodas, ¡perfectas para relajarte después de un día explorando! El desayuno fue una delicia con bizcochos y crepes que me hicieron sentir en el paraíso. Además, el personal siempre está dispuesto a ayudarte con una sonrisa y te hacen sentir como en casa.

recomendado 😊❤️

Decoración auténtica, tranquilidad absoluta, ubicación estratégica cerca de la plaza

Los documentos de vuelo solo se pueden imprimir con llave, un poco incómodo!!! Las habitaciones no tienen cerraduras, así que hay que confiar en los demás huéspedes!!! La terraza en mantenimiento limitó nuestras opciones de relajación.

encanto en el corazón de la ciudad y acceso a maravillas cercanas

Mi estancia fue inolvidable, con habitaciones amplias y decoradas con gusto que reflejan la auténtica cultura marroquí, además de estar a solo 10 minutos a pie del precioso jardin majorelle, un lugar ideal para un paseo tranquilo y relajante antes de explorar más del vibrante entorno de la medina y el bullicio de la plaza jemaa-el-fna. aunque la terraza estaba en mantenimiento y no la pudimos disfrutar, el resto del lugar fue un auténtico refugio en la ciudad.

El riad es un lugar encantador, ubicado en el corazón de la Medina, a solo 15 minutos a pie de la bulliciosa plaza Jemaa-el-Fna, lo que lo convierte en un punto de partida ideal para explorar. Las habitaciones son espaciosas, limpias y decoradas con un estilo auténtico. Despertar cada mañana con un desayuno exquisito que incluye bizcochos y crepes fue un verdadero placer. Zohra, la gerente, es un encanto y se asegura de que todo funcione perfectamente, junto a su amable equipo. Además, la azotea tiene áreas para masajes y un pequeño hammam, perfecto para relajarte después de un día de excursiones.

Sin embargo, la ubicación en las calles estrechas puede ser un poco confusa al principio y las habitaciones no cuentan con cerraduras, lo que puede generar cierta incomodidad.

Viajamos un grupo de amigos y el lugar fue perfecto. El ambiente es auténtico, muy tranquilo y cerca de la plaza. Disfrutamos de un paseo inolvidable hacia el jardín Majorelle y cenamos en el riad, una experiencia maravillosa. El personal es encantador y te hacen sentir como en casa.

Tuvimos un inconveniente con la terraza que estaba en mantenimiento, así que no pudimos usarla durante nuestra estancia.

la terraza estuvo cerrada por mantenimiento, una verdadera pérdida de tiempo. ¿y qué decir de la falta de cerraduras en las habitaciones? se suponía que debía sentirme seguro, pero claro, solo había que confiar en la buena fe de los demás. sinceramente, esperaba un gesto de cortesía como una mejora de habitación, pero parece que ahí no tienen esos detalles.

no dudaría en volver

Las habitaciones son amplias y cómodas, con baños privados y toallas siempre a mano. El desayuno es delicioso, lleno de bizcochos y crepes. Además, el lugar tiene un hammam y ofrece masajes que son geniales para relajarse. tienen un spa super agradable, ideal para un día de mimos.

La decoración del lugar es encantadora, con un ambiente que invita a la tranquilidad. La comida fue un verdadero placer, especialmente los platos típicos como los tajines y el couscous. Sin embargo, la terraza estaba en renovación, lo que limitó nuestras opciones de relajación. Además, algunas habitaciones carecían de cerraduras, generando una sensación de inseguridad que no se puede pasar por alto, a pesar de la buena actitud del personal.

La decoración del Riad Djemanna es encantadora, con un ambiente que invita a la tranquilidad. Las áreas comunes son acogedoras, y cada rincón tiene detalles auténticos que reflejan la rica cultura marroquí.

Sería ideal mejorar la iluminación en los pasillos.

El Riad Djemanna es una joya en medio del bullicio de Marrakech, con habitaciones decoradas con exquisitez y un ambiente tranquilo. La atención del personal, siempre disponible y servicial, hizo que nuestra experiencia fuera aún más placentera. Sin embargo, la ubicación puede resultar un desafío para quienes no estén familiarizados con las estrechas calles de la Medina.

Todo bien, cumplió con nuestras expectativas. Atención personal excepcional y decoración marroquí auténtica en un lugar tranquilo.